Meme «MikeM’s Site te regala este paquete» y otras cosas.

enero 28, 2009 at 6:14 pm (Críticas, Sin catalogar)

Esto es un meme de Kalimero’s Zone, que he decidido hacer más que nada por no quedar mal con la persona que me lo pasó. Consiste en un sorteo con un regalo del que nadie sabe nada, pero ya se han apuntado casi 200 personas. Cosas del marketing viral. MikeM’s nos comenta que es algo que probablemente utilizamos todos los días y necesitamos renovar…

Para participar hay que cumplir las siguientes reglas:

1. Deberéis publicar un post enlazando esta entrada, con el título ‘MikeM’s Site te regala este paquete’.
2. Para difundir el sorteo deberéis invitar a modo de Meme a cinco blogs para participar en el concurso.
3. Y por último deberéis dejar un comentario en esta entrada para que MikeM pueda revisarlo y apuntaros a la lista de participantes.

Los cinco blogs son estos. Si les apetece hacerlo bien, y si no me sentiré enormemente dolido y moriré de la congoja… Deckard, Donnie, Pliskeen, aleX y Ramon Balcells. No me pagan por hacer esto, pero deberían, que conste.

Aparte de esto, quería comentar un poco las nominaciones de los Oscars 2009. Y tengo que empezar por Slumdog Millionaire. Se está alzando como la gran favorita y yo tengo que decir: NO. Tal vez merezca un Oscar al mejor montaje o a la mejor fotografía (no sólo porque aparezcan paisajes bonitos), pero no a la mejor película, por dios. Empieza muy bien, es potente visualmente (más de uno encontrará o querrá encontrar paralelismos con Ciudad de Dios), la primera hora es muy buena y la historia de los niños conmueve y respira autenticidad, pero a medida que van creciendo, el film va acumulando más y más tópicos, a cada cual más irritante. Desde el hermano que se vuelve «malo» hasta el viejo déspota y gilipollas que se interpone en la historia de amor de los tortolitos. Todos de un esquematismo y una simpleza (en el mal sentido) absolutas. De la historia de amor, de lo inexpresiva de Latika (Freida Pinto)  y de ese cursi final con bailoteo de Batuka incluido mejor no hablar. 

Al principio de la película nos dan cuatro opciones con respecto a la incógnita principal, y al final nos dan la respuesta (aunque ya se prevee desde el minuto uno). ¿Cuál es, pues, el interés de algo que te dicen que es así porque sí y que no hay más vuelta de tuerca? Es este, y no otro, el principal problema de la película: su potencial reflexivo es nulo. Eso dejando a un lado que la respuesta en sí es facilona y acomodada a más no poder. Todas las cualidades de la película se encuentran en la superficie. El efectismo y la pericia visual con las que están resueltas muchas escenas puede cegar al espectador y no hacerle ver que tras eso hay poco, muy poco más.

Resumiendo, Slumdog Millionaire NO merece un Oscar a la mejor película. Si lo gana, los Oscars habrán perdido toda credibilidad (sí, todavía tenían alguna para mí).

Por otro lado, yo aún tengo pendiente Revolutionary Road, pero prefiero que Kate Winslet haya sido nominada sólo por The Reader, porque con dos nominaciones tendría más riesgo de irse de vacío. Ah, y me importa bien poco si Pe gana o no. La verdad, no veo nada más interesante que remarcar… Si este año hay poco color en las nominaciones de los Oscars, los Goyas mantienen esto pero multiplicado por 1000. Nominaciones risibles, menos la que todos sabemos.

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True Blood: 1ª Temporada.

enero 16, 2009 at 7:58 pm (Críticas, Series de TV)

A pesar de que ando un poco enfermo, voy a hablaros de esta serie creada por Alan Ball y basada en la serie de novelas Southern vampire, de Charlaine Harris. Alan Ball, quien también ha escrito todos los capítulos y dirigido dos (curiosamente los dos que menos me gustan, el primero y el último), ha demostrado ser enormemente inteligente con esta nueva propuesta. Ha huido del encasillamiento al que podrían haberle arrastrado  proyectos anteriores creando uno completamente distinto (que probablemente espante a sus fans más puristas), pero en el que sigue conservando todo su talento.

En un pequeño pueblo del estado de Lousiana, la aparición de una serie de brutales asesinatos hace peligrar la convivencia entre vampiros y seres humanos, que hasta entonces han sido capaces de convivir en armonía gracias a una bebida japonesa compuesta de sangre sintética. Dicha convivencia no será bienvenida por todos, pues entre los vampiros desconfían y reniegan aquellos que prefieren seguir alimentándose de sangre humana, y por otro lado algunos hombres tampoco la desean. En ese entorno surge el polémico romance entre el primer vampiro que llega al pueblo, Bill Compton (Stephen Moyer), y una camarera, Sookie Stackhouse (Anna Paquin), que puede leer la mente de la gente.

Si en algo es especialista Alan Ball es en diseccionar a diferentes miembros de una misma localidad, transgrediendo lo que se ve en la superficie y desechando todos los estereotipos que se tienen acerca de la sociedad a la que pertenecen. Si en American Beauty era la clase media/alta americana, en True Blood es un pequeño pueblo del sur. El planteamiento de vampiros medio-integrados en la sociedad no sólo sirve para establecer paralelismos con la segregación racial, sino que es casi una excusa para introducirnos en ese pequeño rincón sureño y hablarnos de su extravagante población y sus oscuros secretos, del sofocante clima, de las alicaídas ramas de sus árboles y de la fe desmedida.

Y en este pequeño pueblo nos encontramos con personajes de lo más variopintos (de aquí en adelante podreis encontraros con varios spoilers). Empezando por Sookie Stackhouse (Anna Paquin), que tiene el don (o maldición, según se mire) de saber lo que piensa la gente. Se le saca bastante partido a esa habilidad. Vemos cómo el poder ver el lado más mezquino y soez de la gente no le ha propiciado más que problemas en sus relaciones personales, ya desde la infancia. A destacar la genial escena del pastel, en la que expresa perfectamente el dolor de la pérdida de su abuela. Tal vez no creyerais que la serie me gusta tanto si digo que su personaje, a pesar de ir evolucionando en cada capítulo, me parece bastante desconcertante. El principal y único problema que tengo con ella es que no sé por qué va casi siempre con esos modelitos tan de putón. A mí me agrada a la vista más que otra cosa, pero no veo ningún rasgo en su carácter que lo justifique. Tal vez esconda algún secreto a resolver en la segunda temporada, o simplemente es la idiosincrasia del lugar y por ahí todo el mundo va así… Pero es cierto que puede provocar que la gente se desentienda de lo que le pasa y no se identifique con ella.

Por eso tenemos a Tara Thornton (Rutina Wesley), amiga de Sookie pero muy diferente a ella. Le gusta jugar con los prejuicios que se hace la gente de una mujer negra y temperamental como ella, dando pie a situaciones sutilmente cómicas. Sabe muy bien lo que supone tener que acabar mal con aquellos a los que más quiere, moverse en esa continua espiral de frustración. Su situación en casa es poco menos que deprimente. Su madre es una alcohólica obsesionada con que tiene un demonio dentro, y no sabe muy bien si quiere a su hija. Ella sí, y por eso está dispuesta a pagarle un exorcismo en el que se descubren muchas cosas y se nos ponen en la mesa múltiples reflexiones acerca de la fe y sus límites. ¿Puede hacerte cambiar tu personalidad de arriba a abajo aún siendo todo una gran falacia? ¿No es el utilizarla alegando que tenemos un demonio dentro una señal del enorme miedo que nos tenemos a nosotros mismos?

Luego está Jason Stackhouse (Ryan Kwanten), el hermano de Sookie. Un palurdo fácilmente manipulable al que se le acusa de las muertes que están asolando el pueblo, ya que casi todas están relacionadas con él. Es un ninfómano compulsivo, y la mayoría de los que le rodean le utilizan como a un muñeco, pero no se da cuenta que hay gente que espera algo más de él. A través de su personaje, y sobre todo en el último capítulo, se habla de esas organizaciones que se aprovechan de la influenciabilidad y la pobreza ideológica de gran parte de la población para manipularlos psicológicamente. Acaba metido en una serie de experiencias psicodélico-metafísicas (¿soy yo el único al que le parecieron fascinantes en su mayoría?) de desafortunado final, pero que le obligarán a tomar decisiones por sí mismo.

También tenemos a Sam Merlotte (Sam Trammell), el dueño del bar del mismo nombre que su apellido donde trabajan Sookie y Tara. Es tímido, reservado (también oculta un oscuro secreto). Sabe que no puede pasar el resto de su vida en su caravana, esperando a que alguien llame a su puerta, pero le cuesta abrirse a la gente. Le atrae la dulce jovialidad de Sookie, ya que le supone un casi perfecto contraste de personalidad para con la suya, pero acaba encontrando en Tara el apoyo que necesita.

Y por último está Bill Compton (Stephen Moyer), el vampiro del que se enamora Sookie. Es callado, educado, enigmático… Y, para qué negarlo, bastante soso (a pesar de que en el quinto capítulo se nos desvelen muchas cosas acerca de su pasado). También vemos cómo a medida que se va integrando en el mundo humano, los de su propia raza le tratan con más hostilidad. Y aquí viene otra de mis pegas a la serie (mi manía de sacarle punta a un lápiz que ya la tiene muy bien afilada). La relación entre Bill y Sookie no tiene el peso suficiente como para que nos emocionemos como pretenden en algunas escenas. Sí que se le da bastante protagonismo, pero no queda muy claro qué es lo ve el uno en el otro para despertarse tanta pasión mutua… Aunque supongo que en la vida real tampoco queda claro. Como veis, lo bueno de True Blood es que si un personaje no te cae bien, da igual, seguro que hay otro con el que identificarse o en el que verse reflejado.

 

Aparte de los protagonistas, True Blood tiene una galería de secundarios sin ningún tipo de desperdicio. Desde un detective que reclama el respeto que nadie le tiene hasta un chapero y vendedor de drogas sintéticas ilegales, pasando por una psicótica filosóficamente cultivada y adicta a una droga muy especial, un trastornado veterano de guerra, o una casta mujercita que acaba convertida en una versión inversamente proporcional de sí misma (este personaje se las trae).

Otro de los puntos fuertes es su vigor visual. La factura es impecable, y los efectos especiales nunca dejan de ser creíbles. No se cortan un pelo, ni con la sangre (el final del décimo capítulo o el comienzo del noveno, por ejemplo) ni con el sexo (alegrémonos, Paquin enseña las tetas al final del sexto capítulo y comienzo del séptimo). Es su índole desprejuiciada y su falta de pudor lo que la hace tan fresca y atractiva, y cada capítulo acaba con un pedazo de cliffhanger que ríete de Lost.  

Y así como atracción, True Blood también puede suscitar rechazo. Una de las causas de esto último podría ser su cambiante condición autoparódica. Y es que a veces se toma muy en serio a sí misma y otras todo lo contrario. La secuencia final del último capítulo es autoparodia pura, en relación con lo que hemos visto anteriormente, y otros personajes como el de la odiosa vieja «metomentó» están ahí sólo con el propósito de ser criticados. Por eso hay que tener cuidado en no malinterpretar la intención de lo que se nos propone.

Concluyendo, True Blood es una serie divertidísima, diferente y rica tanto en la forma como en el fondo. A pesar de que el desenlace del último episodio peca de algo convencional, el resto de la serie destila justo todo lo contrario. Lo mismo te sorprende con su crudeza, como con momentos cómicos o con ingentes borbotones de sangre. Nunca sabes por dónde te va a salir, y va superándose capítulo tras capítulo. Sobra decir que los 12 episodios que componen la 1ª temporada dejan con hambre de más Tru Blood. Yo ya estoy esperando como loco a que llegue la segunda… Otro aspecto que no he comentado es la también fabulosa intro de la serie, a ritmo de Bad Things de Jace Everett, que nos da algunas pistas de por donde van a ir los tiros. Con ella os dejo:

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Lo mejor y lo peor del 2008.

enero 7, 2009 at 10:13 pm (Críticas, Curiosidades)

Sí, con un poco de retraso, pero no podía faltar a la llamada de la típica lista cinéfila de lo mejor y lo peor del año. Más que nada por que este tipo de posts siempre vienen bien para camuflar la sequía creativa imperante en los blogs sobre cine. La lista es de las películas estrenadas en España durante el 2008, lo que no quita que pueda haber alguna del 2006, por ejemplo. No voy a poner 10 películas en «lo mejor» y otras 10 en «lo peor», porque me parece absurdo condicionar el número de películas si realmente no ha habido tantas; así acabas poniendo en «lo mejor» películas que ni siquiera te parecen buenas. Bueno, ahí va.

– Lo mejor:

1. La niebla de Stephen King (Frank Darabont).

Ya hablé de ella, y aunque no le hiciese justicia, creo que mi postura quedó bastante clara. La película que más me ha llegado del año pasado, una puta maravilla. Una recomendación: la edición coleccionista que me han regalado los reyes (:P) es realmente buena, con un estuchito muy elegante y extras muy jugosos.

2. Antes que el diablo sepa que has muerto (Sidney Lumet).

El hecho de que la última de Lumet figure entre los primeros puestos en la mayoría de listas de este tipo me hace pensar que se está convirtiendo en uno de esos imanes de gafapastas; la película perfecta para quedar bien alabándola. Yo no me esperaba mucho de ella, pero me llevé una gran sorpresa. Muchos han criticado el montaje por lioso, pero el objetivo por el que está desordenado me parece, no ya admisible, sino altamente estimable: dosificar mejor y en partes más repartidas la intriga, evitando que ésta decaiga; porque está claro que la película no sería lo que es de haber estado narrada linealmente. Lo que pasa es que la gente es muy vaga y le gusta que le den las cosas requetemasticadas. Y eso, Philip Seymour Hoffman está increíble, Marisa Tomei cachondísima y el final es acojonante, me dejó hecho polvo bastante tiempo.

3. Expiación (Joe Wright).

Llamadme cursi si quereis, pero me dejé llevar completamente por el torrente de imágenes de enorme belleza que nos brinda Joe Wright (para nada vacías, como se ha dicho por ahí). Pero siempre intento ser un poco objetivo, y si su única baza fuera la fotografía, no ocuparía este puesto. No, Expiación tiene mucho más. La primorosa labor de Wright tras las cámaras (demostrando un perfecto dominio del tempo cinematográfico), un elenco a la altura y algo más, numerosas reflexiones acerca de la culpa, la guerra, la inocencia o los errores a los que puede llevar juzgar desde esa condición; y de nuevo un montaje no-lineal (aunque con diferente propósito al del film de Lumet) que la aparta de dramas románticos más rutinarios. La linealidad del montaje, en esta ocasión, se sacrifica para mostrarnos los diferentes puntos de vista que tienen varios personajes acerca de un mismo hecho, lo que también contribuye a definirlos con mayor detalle. Todo esto y más hace que Expiación consiga un merecidísimo tercer puesto.

4. Margot y la boda (Noah Baumbach).

¡Ohhh, pero si todo el mundo dice que es mala! Vale, ¿y a mí que? Mi crítica unas líneas más abajo.

5. Quemar después de leer (Hnos. Coen).

Le cuesta un poco coger el ritmo, pero una vez que lo hace se convierte en una enloquecida carrera para ver cual de los personajes es más estúpido. Y es que la última de los Coen no deja títere con cabeza, y critica un sector de la sociedad bastante grande, dejándoles/nos a la altura del betún. Qué coño, esta película critica a todo dios. Más bien, critica una corriente de actitud innata en todos nosotros. Ya lo dijo Einstein: «Sólo hay dos cosas infinitas: la estupidez humana y el universo. Y de lo segundo no estoy seguro».

6. Wall-E (Andrew Stanton).

Se ha comentado y manoseado tanto esta película que me da pereza escribir una sóla palabra sobre ella. Bastará con que diga que mi opinión se decanta por el lado de los que creen que la peli es muy emotiva y tiene un  mensaje con tintes ludistas que podría venirnos bien pero que no es una obra maestra.

7. The Midnight Meat Train (Ryuhei Kitamura).

¡Ohhh, pero si esta también tiene malas críticas! Repito, ¿y a mí que? El debut americano de Kitamura, ha supuesto (para mí) un importante soplo de aire fresco al cine de terror actual (en el que, todo sea dicho, no estoy muy metido y no sé cómo de bien o mal estará el panorama…). Una entretenidísima historia con detalles visuales muy resultones, tensión y las dosis justas de gore. Sí, y también «algo más». ¿Qué necesidad hay de buscar en las películas «algo más»?, preguntarán algunos. Pues ninguna, pero el caso es que lo hay. Tintes psicológicos que nos hablan de un hombre que quiere adentrarse en lo más oscuro del ser humano, saborearlo. Un hombre que, con la ingenuidad por bandera, pretende mirar a los ojos al Mal y no convertirse en él.

Me dejo algunas como The Fall, El caballero oscuro (he de revisarla porque todavía me tiene algo confuso), El incidente, My Blueberry Nights, Escondidos en Brujas, Los cronocrímenes, Tropic Thunder, Hancock, Wanted o Monstruoso (en orden de mejor a peor) que no están nada mal, pero no las voy a meter sólo porque no haya nada mejor.

– Lo peor:

1. Saw 5 (David Hackl).

Otra película que también será popular en este tipo de listas, pero en la sección de «lo peor». Es casi como un comodín. Como cada año sacan una nueva entrega, si quieres ver alguna peli mala para hacer una lista de «lo peor del año», la secuela que saquen de Saw es una apuesta segura. Diría que esta quinta es algo mejor que la cuarta, pero vamos, las dos son tan baratas y ruinosas que ni se nota. Lo único que me gusta de esta nueva entrega es la parte en la que un grupo de personas tiene que pasar diferentes pruebas para llegar al final, pero ni siquiera la concluyen decentemente ni se molestan en unirla con la trama principal. Y la trama principal es, directamente, una nadería. Ponen flashbacks que no vienen a cuento (¿qué coño importa cómo cogieron al tío de la prueba de los alambres de pinchos de la primera película?) para ocupar metraje, y con tan sólo meditarlo un poco te das cuenta de que el guión no da ni para un capítulo alargado de CSI.

2. Cuatro vidas (Jieho Lee).

Cuatro vidas es una película transparente, en el peor sentido de la palabra. Se intuye rápidamente la banalidad de sus intenciones, que no es otra que codearse con películas como Crash. La voz en off no deja espacio para la complejidad, se empeña en simplificarlo todo, y la historia del personaje de Forest Whitaker es como un episodio aparte, aunque al final la relacionan con otra de las historias de forma tan jodidamente inverosímil que provoca una de esas carcajadas involuntarias. Los personajes son meros estereotipos, y la factura es directamente horrible. Parece una de esas tv-movies horteras, sólo que con buenos actores (huelga decir lo desaprovechados que están). La escena de Sarah Michelle Gellar en la azotea es de descojone. El mejor anuncio de una colonia del todo a 100 que he visto en mi vida.

Y creo que eso es todo. Dentro de lo malo he sabido esquivar mucho producto que olía a mierda a kilómetros de distancia, como 10.000, Max Payne o Asesinato justo. Lo que sí me he tragado ha sido mucha mediocridad. Películas como Las hermanas Bolena, Soy leyenda, Como la vida misma, The Contract, Venganza o Los extraños, que con poco o nada que ofrecer, me han dejado completamente frio.

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